No nos engañemos: encontrar una peluquería en la que poder confiar y a la que serle fiel no es nada sencillo. La que logra captar el color que buscamos, no entiende el corte que queremos; la que consigue que salgamos contentos con nuestras melenas, nos hace sentir incómodos por su frío trato. ¿Te sientes identificado?